Vicente era un niño muy tímido, siempre andaba con la cabeza baja, no saludaba, no hablaba, tenía episodios de mucha tristeza, ofuscación.
Nuestro equipo se enfocó en intentar llegar a él de a poco, haciéndonos partícipes de su diario vivir y logrando comunicarnos cada vez un poquito más.
Con el paso de los años, Vicente de a poco fue demostrando más interés por los estudios, fue integrándose con sus compañeros, un grupo que ha sido hasta el día de hoy un gran apoyo, buenos amigos, quienes fueron parte importante de la confianza que Vicente fue tomando, de sus cambios de humor a positivo. Comenzó a reír, a participar en clases, jugaba a la pelota… y también, de pronto, se escapaban de algunas clases 🤣🤣🤣




Sin embargo, sus cambios, gracias a la perseverancia, confianza y cariño que encontró en el espacio Newen Mapu, más sus amigos, hicieron que Vicente hoy sea un hombre resuelto, con ideas claras, comunicativo, un hombre que cree en sus capacidades, en que equivocarse es bueno, es aprendizaje, que lo engrandece.
Nosotros como colegio Montessori Newen Mapu estamos orgullosos y felices de lograr cambios tan valiosos e importantes en Vicente y en muchos otros estudiantes que llegan con una autoestima muy baja. Acá aprenden lo valiosos que son, aprenden a quererse y respetarse; partiendo por ellos, pueden ayudar a sus pares estén donde estén. Son resilientes, empáticos, buenas personas. Así, como colegio, se propaga la cadena de humanidad que tanto se necesita.
Vicente es el ejemplo vivo y estamos muy orgullosos del joven que es hoy, capaz de cruzar todas las barreras que se interpongan en el camino. Y estamos orgullosos de nuestro equipo de colaboradores que entregan todo para lograr los cambios que le ayudan a llevar una mejor vida a nuestros estudiantes.